TEORÍAS DE
SAN AGUSTÍN
1. La concepción del conocimiento en San Agustín
(Fe y razón)
San
Agustín es ante todo un pensador cristiano, es decir, las
coordenadas de su Discurso filosófico se sitúan dentro de la órbita intelectual
del cristianismo. Es desde aquí Desde donde hay que entender su teoría del
conocimiento. No olvidemos que para San Agustín sólo Dios es la
verdad, y precisamente hacia él está orientada su teoría del
Conocimiento.
Preguntas
a las que el Santo tratará de responder en sus obras:
¿Podemos
conocer a Dios?
¿Conocemos
gracias a Dios?
¿Qué
significa conocer?
San
Agustín se sitúa en aquella tradición que dentro del pensamiento cristiano
Considera
que fe y razón no son incompatibles, aunque en su pensamiento no encontramos
una distinción clara entre FE y razón. Partiendo del hecho de que sólo Dios es
la verdad, y que sólo existe una verdad, la verdad revelada por la religión, la
razón puede contribuir a conocerla mejor, pero la fe siempre
predomina sobre la razón. La fe es la guía más segura para el conocimiento de
modo que hay que creer lo que Dios revela para poder llegar a comprender.
2. TEORÍA DEL HOMBRE
San Agustín mantiene una postura dualista sobre el ser
humano. Al igual que para Platón, para San Agustín en el ser humano nos
encontramos cuerpo y alma, siendo esta última lo que caracteriza al hombre: “El
ser humano es un alma racional que se sirve de un cuerpo mortal y
terreno”. El cuerpo no es más que un
mero instrumento del que se sirve el alma la cual esta hecha a imagen y
semejanza de Dios.
Es reflejo de la Trinidad en sus tres facultades:
memoria, entendimiento y voluntad.
Según San Agustín el alma se conoce a sí misma mejor que
a las cosas exteriores, lo que permite la búsqueda interior de la verdad de la
que nos habla el Santo
La doctrina del pecado original y el problema de la
libertad o del libre arbitrio es uno de los elementos más típicamente cristianos
de la concepción del hombre agustiniana. El pecado original, aunque acontece en
el origen del hombre con
Adán y Eva, afecta a toda la naturaleza humana y a todos
los seres humanos. Como nos dice en La ciudad de Dios.
Dios es un
alfarero que nos hace a todos de la misma masa, la cual está dañada y condenada
en su origen. Así para San Agustín el hombre no puede dejar de dirigirse hacia
el pecado. El pecado original es el que
hace que el alma dirija su mirada no hacia dios sino hacia lo que no debe,
hacia las cosas materiales y las sensaciones.
UN BREVE RELATO DE LA VIDA DE SAN AGUSTÍN
No hay comentarios:
Publicar un comentario